miércoles, 14 de septiembre de 2011

Noviazgo, Compromiso y Matrimonio: Etapas que no Terminan

Es común escuchar que el noviazgo es una etapa que debe terminar para pasar al compromiso y en consecuencia llegar al matrimonio que es visto como una nueva etapa.

¿Pero es esto correcto?

La parte de definirlos como etapas sí, pero no al decir que terminan para iniciar una nueva, por el contrario, la etapa anterior es la manera de mantener la nueva etapa de la mejor forma para hacerla madurar, no debemos dejar de hacer lo que hacíamos en la etapa anterior. De esta manera transitaremos por una vida en matrimonio más feliz y duradera, ya que evitaremos la monotonía y la rutina, así veremos como un compromiso lo que otros verán como obligación.

Del Noviazgo al Compromiso:

El noviazgo en su primer etapa permite saber si la pareja es del todo compatible en un sinfín de aspectos, de ser así se buscará crear un compromiso el cual implica retos y responsabilidades. Pero el romanticismo y ese extra que nos da la etapa de noviazgo es lo que permitirá que la etapa de compromiso no se convierta en una carga por el sentido de responsabilidad y permitirá ir superando los contratiempos que implica ir formalizando un compromiso, que implica el acotamiento del sentimiento de libertad y aumenta el sentimiento de obligación para con otro, lo que genera tensión y miedos a un nuevo estilo de vida.

Del Compromiso al Matrimonio:

El compromiso es una nueva etapa donde se fundamentan los cimientos del matrimonio y donde la pareja se conoce en el sentido de la responsabilidad, la lealtad y del compromiso real de entregarse plenamente a la pareja en cuerpo, alma y espíritu, al llegar a este punto se está preparado para pasar al matrimonio. Pero al contraer matrimonio surgen ideas de propiedad, en el sentido de “me perteneces” “nos pertenecemos”, surgen aspectos de capricho y retos de cambiar hábitos y costumbres para poder convivir sanamente con la pareja, pero esto solo se podrá ir superando si mantenemos el sentimiento de compromiso y deseo de seguir compartiendo una vida con esa persona.

Y mejor aún, el matrimonio no se convertirá en solemnidad si mantenemos la chispa del noviazgo, con la lealtad del compromiso, eso permitirá un matrimonio lleno de felicidad y prosperidad espiritual, donde se generará el sentimiento de “nos pertenecemos en libertad” y “debemos seguir luchando por conquistarnos día a día”, esto implica mantener un romanticismo inocente y un compromiso de responsabilidad para con nuestro cónyuge, si esto ocurre se está preparado para la etapa de la familia.

Autor: Lic. Javier E. Navarro Becker

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